La estimulación emocional del bebé. Cuando nacen, los bebés no sólo necesitan que les alimentemos y protejamos, sino que también necesitan sentir nuestro amor y afecto. No sólo es importante que atendamos sus necesidades físicas y fisiológicas, sino que, a nivel emocional, ellos van desarrollando, poco a poco, vínculos con sus seres queridos mediante las muestras de cariño.

Tanto el desarrollo cognitivo como el emocional del bebé van evolucionando, poco a poco, a lo largo de toda su infancia, aunque esto no quiere decir que el niño nazca sin la capacidad de sentir emociones. Con el tiempo, vamos aprendiendo a identificar, poner nombre y gestionar dichas emociones, desenvolviéndonos con nuestro entorno.

Desarrollo social y emocional del bebé en los primeros meses

El bebé, desde sus primeros meses de vida, ya da señales de su desarrollo social y emocional; lo podemos ver en sus gestos, por muy breves o escasos que sean, e incluso en su forma de reaccionar cuando nos acercamos a ellos o cuando interactuamos.

De los 0 a los 3 meses

Durante este periodo, comienzan a ser más expresivos, tanto con el rostro como con el cuerpo; ya son más comunicativos y los padres disfrutamos con esos gestos que nos aportan momentos tan especiales.

Cerca de los tres meses empiezan a imitar la sonrisa que ven en los demás y esta sonrisa cada vez se vuelve más social, ya que la utilizan como una forma de comunicación, no como en el primer mes de vida, que la sonrisa es solo un reflejo (a veces producto de otras sensaciones) para dar paso a la “verdadera sonrisa”.

De los 4 a los 7 meses

Los bebés comienzan a reaccionar a las emociones de los demás, sobre todo con sus cuidadores principales. Disfrutan del juego, especialmente con colores y sonidos llamativos. En estos primeros meses, el juego es su vía de aprendizaje. (Y también a lo largo de casi toda la infancia)

Lo social y emocional están presentes desde el nacimiento e interrelacionados. Nosotros, como padres, somos los encargados de ayudarles en el aprendizaje y en el desarrollo de ambas para que logren disfrutar de sus emociones de manera sana y asertiva.

Consejos para estimular emocionalmente al bebé desde su nacimiento

Dada la importancia que tiene el desarrollo emocional y social en las personas, es fundamental que los padres nos encarguemos de proporcionarles la estimulación necesaria, desde su nacimiento, para un correcto desarrollo de estas habilidades.

Cuando el pequeño sonría, devolverle la sonrisa

Cuando nacen, los bebés suelen sonreír, sobre todo cuando duermen; esta sonrisa es un reflejo que dará paso a las sonrisas sociales y voluntarias. Desde este momento, ya empieza a mostrar sus emociones.

Sobre los 3 meses, ya comienzan a imitar las sonrisas si las ven en otras caras. Esta es su manera de intención comunicativa con la persona que tienen delante, por eso es importante que respondamos con una sonrisa cuando el pequeño nos sonría.

Así, irá asociando que nuestra sonrisa es una respuesta a la suya y, de esta manera, se irán estableciendo las bases de la posterior comunicación.

Hablarle en todo momento

A pesar de que un bebé tan pequeño no entiende el significado de nuestras palabras cuando le hablemos, puesto que todavía no ha comenzado a desarrollar el lenguaje, es importante que le hablemos y respondamos a sus balbuceos.

Además, aunque parezca que esos balbuceos no son intencionales, si les respondemos hablándoles, se sentirán escuchados y esto irá desarrollando la seguridad en sí mismo y su autoestima.

Respetar sus ritmos y gustos para estimular emocionalmente al bebé desde que nace

Cada niño tiene unos ritmos y unas preferencias, por eso, no es recomendable imponer cómo deben reaccionar o expresar sus emociones. Conforme nuestro bebé se vaya desarrollando, nos iremos dando cuenta de cómo le gusta que le hablen, le traten o le acaricien

Tocar, mirar, sonreír

No sólo nos comunicarnos mediante el lenguaje, sino que también lo hacemos a través de gestos, conductas, etc. En estos primeros meses del bebé, cobran verdadera importancia nuestros gestos para comunicarnos con el pequeño.

Debemos tener en cuenta tres aspectos básicos: tocar, mirar, y sonreír. Con estas tres cosas, le estamos aportando a nuestro niño seguridad, atención y amor. El tacto se convierte en una herramienta fundamental con el bebé, ya que expresamos nuestro afecto y amor, y le enseñamos que, a través de estas caricias, compartimos nuestras emociones.

Sonreíd a vuestro pequeño cuando sonría, pues estaréis ofreciéndole vuestra compañía. Consoladlo cuando llore y se sentirá protegido y arropado. Y acariciadlo, que sienta que el afecto también se transmite mediante el tacto, pues a través de ese sentido es que tenemos la primera comunicación que con nuestro bebé.

Es vital que la educación y la estimulación emocional empiecen desde el primer día en que nuestro bebé abre sus ojos, incluso antes, en el vientre materno. Mostremos nuestro amor y afecto, mostrémosle a nuestro hijo que sus emociones importan, como las de los demás, y que es parte de la comunicación con su entorno. Con eso, ya estaremos enseñándoles el valor del respeto a sí mismo y a los demás.

Fuentes:

eresmama.com

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