En las aulas nuestros hijos desarrollan, aún más, sus capacidades comunicativas a través del lenguaje y la palabra. Con ellas, los más pequeños pueden entender y expresarse, estando así conectados más con el mundo que les rodea.

A pesar de ello, hay algunos niños que presentan retrasos en el lenguaje o tienen problemas en el desarrollo del habla. Se trata de trastornos específicos del lenguaje, que engloban patologías que presentan marcadas diferencias entre unas y otras. Puede darse también el caso de que algunos niños presenten déficit auditivo: este puede afectar al lenguaje y de ahí que sea crucial resolver cuanto antes la situación.

El lenguaje se adquiere poco a poco, de forma evolutiva, según el desarrollo madurativo y la edad del niño. A pesar de que cada niño tiene un ritmo determinado, podemos detectar retrasos en el lenguaje de nuestros hijos si su nivel se encuentra por debajo de la cifra media de los niños, ya sea por la cantidad de vocabulario que utilizan o por las diferentes áreas del lenguaje.

No obstante, lo más habitual es que el pequeño, a la edad de un año y medio, sea capaz de decir algunas palabras y a los dos, unir pequeñas frases sencillas y que muestre la intención de comunicarse.

Difícilmente podrá hacerlo si en esta etapa su capacidad auditiva está mermada.

La mejor manera de descartar o detectar un posible trastorno específico del lenguaje es mediante un diagnóstico diferencial, que suele basarse en criterios como los siguientes:

  • No existen diferencias auditivas.
  • No hay presencia del trastorno a nivel neurológico.
  • Un Coeficiente Intelectual superior a 80.
  • No existen otras áreas del desarrollo afectadas como la memoria, ritmo o motricidad.

En cambio, si nuestro pequeño sólo presenta problemas con el habla, encontraremos pequeñas alteraciones como:

  • Alteración del orden de las sílabas (cocholate por chocolate)
  • Asimilación de consonantes (fufanda por bufanda)
  • Ausencia de grupos consonánticas (teno por tengo)
  • Sustituciones (pistina por pisicna)

Si, además del habla, nuestro pequeño presenta afecciones en el lenguaje, es muy posible que, con el tiempo, tenga dificultades en el uso de pronombres, artículos, tiempos verbales, etc. En ese caso, nos referimos a la disfasia y es necesario que un especialista lo diagnostique para evitar la aparición de posibles secuelas en el habla (tartamudez), logofobias (miedo a hablar) o dislexia (dificultades en la lectura y la escritura).

En GAES Junior disponemos de los centros GAES Junior en los que nuestros audioprotesistas realizan valoraciones audiológicas infantiles para ayudar a tu hijo a entender todo aquello que le rodea y a estar más conectado con el mundo.

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