Publicación 30-04-2019
El ritmo frenético de los jóvenes adolescentes demanda una alta compensación nutricional. Hay que tomar muy en serio la alimentación de nuestros adolescentes dado que aún continúan en su etapa de crecimiento. Pero ¿cómo encontrar el modo de animarles a comer correctamente? Las claves de una buena alimentación son esenciales en esta etapa de desarrollo y crecimiento, además de inculcar buenos hábitos para la vida adulta.
Cómo convencer a los adolescentes de cuidar su alimentación
Con los adolescentes, el argumento estético suele ser eficaz: si no te alimentas bien, ¿cómo quieres tener buen color o fuerza? Para ser más convincentes, los padres tenemos que adoptar una alimentación sana y animarlos a meterse en la cocina; dar ejemplo. En la pubertad, el aparato sensorial se desarrolla; es el momento de descubrir sabores a los que hasta entonces eran refractarios. Si surge algún problema particular, por ejemplo, si quieren someterse a un régimen muy estricto o se niegan a comer carne o pescado, es preferible consultar a un médico, pero nunca omitir sus valoraciones y hacer caso de sus necesidades, así como de sus deseos. Eso ayudará a mantener una relación y una salud saludables.
Buenos hábitos alimenticios en la adolescencia
El desayuno: comida clave del día
Se dice de siempre que el desayuno es muy importante. En el caso de los adolescentes, más aun. Si el joven no desayuna, a las once de la mañana tendrá problemas para concentrarse y estará muerto de hambre, con el malestar que eso conlleva. Luego, a la hora de comer, se lanzará sobre cualquier cosa, recurriendo siempre a la compensación fácil: grasas, harinas, azúcares…
A pesar de todos los inconvenientes que hay con respecto a saltarse el desayuno, las enfermeras de los colegios constatan que muchos adolescentes tienden a saltárselo para pasar un cuarto de hora más en la cama, escoger la ropa que van a ponerse o arreglarse de más. Por eso es importante que los padres insistan en el desayuno y logren convencerles de tomar una buena dosis de alimento que les ayude a comenzar el día sin desgaste energético.
Desayunar bien para aprender mejor
Los lácteos son una buena fuente de calcio y suelen ser el alimento principal de los desayunos, en cualquiera de sus formatos. Hay varias formas de tomarlos: 1 litro (al menos medio) de leche o derivados al día pueden cubrir las necesidades de esta vitamina tan necesaria para el crecimiento.
El desayuno es un buen momento para empezar a ingerir este magnífico nutriente. Como a los adolescentes les cuesta madrugar, conviene dejarlo preparado por la noche. ¡Hagámoslo tan fácil como calentar la leche y coger el bocadillo! Se puede combinar un vaso de leche con un bocadillo de jamón y queso, y pasarlo unos segundos por el microondas, para que esté más apetitoso. Importante combinar hidratos con proteínas. Los hidratos son la energía para el cerebro, mientras que las proteínas ayudan a consolidar y desarrollar el tejido blando y óseo.
Los cereales con leche o el muesli (cereales, frutos secos y fruta) son una buena opción, rápida y sana. Aportan hidratos de carbono, ácidos grasos esenciales, proteínas, minerales y vitaminas.
La merienda, también para ellos
En su plena adolescencia, todavía necesitan la ingesta de la merienda con al menos un producto lácteo para el crecimiento.
Como alternativa a las galletas y barritas con chocolate, sería mejor que tomasen frutos secos o compota casera. Pero la merienda es otro momento nutricional importante del día.
Finalmente, la cena puede ser la ocasión de reequilibrar el aporte alimenticio en función de lo que los jóvenes hayan comido al mediodía. Si el adolescente no ha comido carne o pescado a la hora de comer, tiene que tomarlo para cenar.
Cenar en casa, juntos y sin la tele
Es, prácticamente, la única comida que se puede hacer en familia, pues conciliar los horarios suele ser tarea complicada. Sin embargo, es importante compartir en familia el momento de la ingesta, ya que ayuda a reforzar lazos y a habituarse a una rutina sana de convivencia.
Si se prepara la cena entre todos es mucho más fácil y divertido. Cada uno tiene su tarea. Puede ser rotatoria y aleatoria: poner la mesa, lavar los platos, servir la bebida…
Está demostrado que comer en familia es saludable. Que la mesa esté bien surtida de ensaladas, quesos y frutas para compartir junto al menú principal: pescado, huevos, crema de verduras, sopa y, de vez en cuando, una pizza.
Y la tele apagada para poder charlar y comentar la jornada. ¡Nada como un rato en familia!
Es importante alimentarse bien
Aunque no siempre sea fácil, es normal que los padres sigan controlando las comidas de sus hijos adolescentes. No sirve de nada presionarles demasiado con el tema del peso, sino más bien hay que educar en la forma de alimentarse. Lo más importante para un adolescente es el calcio y el hierro que se encuentra en la carne roja, especialmente para las chicas, que a menudo sufren anemia debido a la menstruación, lo que hace que su pelo se vuelva quebradizo, así como sus uñas.
¡No olvidemos!: Alimentos para proteger el oído
Indistintamente de si vuestro hijo es niño o adolescente, la alimentación que tenga beneficiará o perjudicará su desarrollo o su salud a corto, medio o largo plazo. En el caso de nuestros adolescentes, la ingesta de determinados alimentos les ayudará a mantener su oído sano y preparado para rendir al máximo conforme a su estilo de vida.
- Pescado azul. Es excelente para todos, niños, adolescentes y adultos. Nos proporciona muchas de las vitaminas y nutrientes que necesitamos en una dieta equilibrada. Pero además, la grasa del pescado contiene Omega 3 la cual ayuda a conservar el oído, ya que la audición de nuestros jóvenes siempre está sometida a un ritmo que puede producir cierto deterioro si no se cuida como es debido.
- Las pasas y ciruelas. Estos frutos les ayudarán a mejorar sus defensas por su contenido en zinc. Este nutriente protege el oído de las infecciones consiguiendo así mantenerlo sano y con un correcto funcionamiento durante más tiempo.
- Vegetales de hoja verde. Los vegetales de hojas verdes que contienen una gran cantidad de vitamina A, vitamina que ha demostrado ser la que mantiene una audición sana en comparación con aquellas personas que no la consumen. Darles cada día algún tipo de vegetal de hoja verde, como las espinacas o acelgas, ayudará a mantener un oído sano y fuerte.
- Los cereales. Este alimento es muy beneficioso para la salud ya que contiene una gran cantidad de vitamina B, especialmente la B9, la cual nos ayuda a reducir hasta un 20% la pérdida de audición, especialmente, a partir de la tercera edad. En adolescentes, los protege y refuerza.
- Los frutos secos. Contienen mucha vitamina E, que ayudará al organismo de nuestros adolescentes a generar mayor número de glóbulos blancos, que se encargarán de protegerles ante agentes infecciosos. Además, el Omega 3, les ayudará a reforzar su salud auditiva.
- Los lácteos. Como se mencionaba en apartados anteriores, este alimento también es un gran protector del organismo y pueden consumirlo de muchas maneras: como en yogures, leche, queso o cuajadas. La cantidad de calcio que contiene no solamente es bueno para los huesos, sino también refuerza el sistema auditivo manteniéndolo sano y fuerte por más tiempo, además de protegerlo de posibles adversidades.
Es fundamental no abusar de las grasas saturadas, ya que pueden empeorar, no sólo la salud de nuestros adolescentes en general, sino también la de su sistema auditivo.
En resumen:
- En la adolescencia, es bueno que tomen 3 o 4 raciones de leche o lácteos.
- Las frutas son muy sanas, llenan y aportan vitaminas.
- Las carnes y el pescado tienen muchas proteínas para el crecimiento. La grasa del pescado es buena, mientras que la de la carne conviene eliminarla para cuidar las arterias “por dentro”.
- Los refrescos y zumos están muy a mano, pero tienen demasiadas calorías y no quitan la sed. Es mejor beber agua.
- La bollería es para tomar… menos de una vez por semana.
- Comer en familia mantiene una convivencia sana.
- Compensar excesos en la cena, ayuda a mantener un control del aporte calórico diario.
Fuentes:
Fuentes: conmishijos y enfamilia