Alergias estacionales en Niños
Categorías:

Publicación 22-03-2020
Con la llegada de la primavera comienzan las alergias estacionales y la astenia primaveral. Muchas veces sus síntomas pueden confundirse con un simple catarro: tos seca, enrojecimiento de ojos o rinitis aunque sus síntomas no desaparecen pasados unos días e incluso pueden empeorar. La alergia suele aparecer en la infancia y tiene un alto componente genético, es decir, la alergia puede heredarse.
La alergia primaveral, o las alergias estacionales, son una reacción del cuerpo contra una sustancia que percibe como nociva, principalmente el polen que esparcen al aire muchas plantas: roble, olivo, gramíneas, chopos, olmos, entre otros.
La alergia primaveral puede derivar en un cuadro de otitis media, ocasionando así que el peque esté en riesgo de una posible pérdida auditiva.
Pruebas de Alergia
Realmente, no existe una edad mínima para hacer las pruebas de la alergia en nuestros niños. Las podemos hacer a cualquier edad, lo que ocurre es que las alergias a alérgenos ambientales, como son los pólenes o los ácaros, no se suelen desarrollar cuando son lactantes, sino más adelante y aunque las hagamos y nos den negativas, no quiere decir que en un futuro no las vayan a desarrollar.
Las alergias alimentarias, sin embargo, sí se suelen manifestar en los primeros meses de vida y en muchas ocasiones es vital hacer un estudio pues el niño puede padecer complicaciones.
¿Cuándo se debe sospechar de que se trata de una alergia?
Algunas alergias son fáciles de identificar por el patrón de síntomas que viene después de la exposición a alguna sustancia en particular. Pero otras son sutiles y se pueden hacer pasar por otras afecciones. A continuación, se enumeran algunas señales comunes que pueden indicar que vuestro hijo podría tener una alergia.
Los síntomas que son parecidos a los de un resfriado crónico y que duran más de una semana o dos, o que se desencadenan casi siempre durante la misma época del año.
Estos pueden incluir:
- Goteo nasal
- Congestión nasal
- Estornudos
- Carraspeo de garganta
- Frotarse la nariz
- Sorber la nariz
- Picazón en los ojos
- Ojos llorosos
La sensación de picazón e irritación en la boca y garganta: La picazón generalmente no es parte de un resfriado, pero es una característica típica de las alergias como lo son los ataques de tos, sibilancias, dificultad para respirar y otros síntomas respiratorios. Sarpullidos rojos que pican, secos y algunas veces con escamas en los pliegues de la piel, muñecas y tobillos pueden indicar una alergia.
Eccema: Cuando se trata de erupciones cutáneas, la enfermedad inflamatoria crónica más común de la piel en los niños es el eccema, también se denomina dermatitis atópica. Aunque no es estrictamente un problema alérgico, el eccema en los adolescentes tiene muchas de las características que presentan las alergias y con frecuencia son una señal de que se puede desencadenar una fiebre del heno y asma. El índice de eccema, al igual que el del asma, está aumentando en todo el mundo. En donde el asma es poco común, el índice de eccema también es bajo.
Asma y alergias
A pesar de que las alergias y el asma con frecuencia van juntas, en realidad son dos enfermedades diferentes.
El asma es una enfermedad crónica que empieza en los pulmones.
Las alergias son reacciones que se inician en el sistema inmunitario.
No todas las personas con alergias padecen de asma, pero la mayoría de personas con asma padecen de alergias.
Las vías respiratorias del típico niño con asma están inflamadas e hinchadas, lo que las vuelve hipersensibles. Cuando entran en contacto con un “desencadenante” de asma, algo que ocasiona un ataque de asma, las vías respiratorias denominadas tubos bronquiales, reaccionan fuertemente y se contraen volviéndose así más estrechas.
Muchos eventos y sustancias diferentes pueden desencadenar un ataque de asma:
- Ejercicio
- Aire frío
- Virus
- Contaminación del aire
- Ciertos humos/gases
- Otros alérgenos
De hecho, aproximadamente el 80% de los niños con asma también padecen de alergias y, para ellos, las alergias son con frecuencia los desencadenantes más comunes de asma.
Rinitis alérgica y asma ¿qué relación hay?
La rinitis alérgica y el asma son enfermedades que están muy relacionadas entre sí. El 40-50% de pacientes con rinitis alérgica tienen asma y el 80-90% de asmáticos tienen rinitis alérgica. Por tanto, ante un niño que empieza con síntomas de rinitis alérgica y/o conjuntivitis debemos explorar siempre la posibilidad de que desarrolle un asma.
Alérgenos comunes en casa y en la escuela
En el otoño, muchos alérgenos del interior les ocasionan problemas a los niños ya que están dentro de la casa y de la escuela durante períodos más largos.
- Polvo: contiene ácaros del polvo y partículas finamente molidas de otros alérgenos, como polen, moho y escamas de piel o caspa de animales.
- Hongos: incluyendo el moho que es demasiado pequeño para verlo a simple vista.
- Animales peludos: gatos, perros, conejillos de indias, conejos y otras mascotas.
- Vestuario y juguetes confeccionados, decorados o rellenos con pelo de animal.
- Látex: artículos domésticos y escolares, como guantes de goma/hule, juguetes, globos; el elástico en los calcetines, ropa interior y otro vestuario; partículas en el aire.
- Enzimas bacterianas: se utilizan para fabricar blanqueadores a base de enzimas y productos de limpieza.
En la primavera, el pasar más tiempo al aire libre hace que el niño esté expuesto a alérgenos comunes en la naturaleza y el entorno exterior que le rodea.
- Pólenes de árboles: como el arce, fresno, plátano, olmo, ligustro, coníferas entre otros, desde fines de agosto y durante septiembre.
- Esporas de hongos: los hongos de interior de los ambientes como, por ejemplo, manchas de pared, pueden causar síntomas durante todo el año y los de exterior, como la Alternaria, predominan a fin del verano y durante el otoño.
- Ácaros de polvo.
- Caspa de animales (mascotas).
En general, alergia a ciertos alimentos también es un factor importante a tener en cuenta en las alergias estacionales.
Existen una serie de sustancias que, sin ser causantes directos de alergia, contribuyen a empeorar los síntomas por sus características irritativas como:
- Humo de tabaco.
- Aromas demasiados fuertes (desodorantes de ambientes, insecticidas, etc).
- En otros casos, algunos medicamentos de uso habitual pueden agravar los síntomas como ser aspirina o beta-bloqueantes.
¿A qué debemos prestar atención ante los síntomas de alergia?
- Es útil utilizar aire acondicionados, en donde más pueda, para reducir la exposición al polen en su casa y en su vehículo. Sin embargo, hay que tener cuidado con el uso excesivo de baja temperatura porque los cambios drásticos de temperatura debilitan el sistema inmune del niño.
- El moho existe durante la primavera y a finales del verano, particularmente alrededor de las áreas de vegetación en descomposición. Los niños con alergia al moho deben evitar jugar en cúmulos de hojas muertas en el otoño.
- Los ácaros del polvo se congregan en los lugares en donde hay abundante comida para ellos (por ejemplo, escamas de piel humana). Eso significa que se encuentran con mayor frecuencia en los muebles tapizados, ropa de cama y alfombras.
- Los muebles acolchados como colchones, somieres? de resortes, almohadas y cojines se deben revestir con cobertores a prueba de alérgenos con cierre/cremalleras, que están disponibles a través de catálogos y minoristas especializados.
- Lave la ropa de cama cada semana y otra ropa de cama como frazadas, cada 2 a 3 semanas en agua caliente para matar a los ácaros del polvo.
- Las almohadas se deben reemplazar cada 2 o 3 años.
Medidas de prevención
Ácaros del polvo:
- Disminuir la humedad de las habitaciones (<50%), preferiblemente ambientes secos y soleados. Buena ventilación de casa y usar deshumidificadores si se necesitan
- Edredón sintético no de plumas.
- Lavar la ropa de la cama semanalmente a 60% y las mantas cada dos semanas
- Tejidos de algodón.
- No barrer. Limpieza diaria con aspirador (filtro HEPA) y trapo húmedo, y hacerlo siempre en ausencia de la persona alérgica.
- Usar los acaricidas (sustancias físico-químicas que matan a los ácaros) en colchones, sofás, alfombras y moquetas.
- Fundas antiácaros en colchones y almohadas.
- Evitar alfombras, peluches, estanterías con libros en el dormitorio y todo aquello que pueda acumular polvo con facilidad.
- Usar preferiblemente estanterías cerradas con puertas, para aislar del polvo.
El polen
Debemos informarnos de cuáles son los meses de polinización del polen al que es alérgico nuestro hijo y durante esas semanas:
- Evitar ir al campo o excursiones al aire libre
- Los peores días son los ventosos y soleados, es cuando más polen se concentra.
- En el coche ventanillas cerradas, siempre.
- No cortar el césped.
- Utilizar gafas de sol.
- Evitar viajar en bicicleta o moto.
- Utilizar purificadores de aire o filtros antipolen.
- Cerrar las puertas y las ventanas del dormitorio
- Quitarse la ropa al llegar a casa.
- Evitar tender la ropa al aire libre porque se podría llenar de partículas de polen.
Vacunas para la alergia
Los niños menores de cinco años permanecen en el grupo de contraindicación relativa, excepto en el caso de alergia a veneno de himenópteros (abejas y avispas). De cualquier forma, es importante consultar con el pediatra para, en casos graves, evaluar el momento adecuado.
Colaborar siempre con el pediatra de vuestro hijo
El tratamiento de las alergias y el asma de vuestro hijo debe empezar con su pediatra. Si es necesario, su pediatra le puede referir con un alergista pediátrico para realizar las evaluaciones y tratamientos, dependiendo de qué tan severos sean los síntomas del niño.
A pesar de que existen muchos antihistamínicos, descongestionantes e inhaladores nasales de venta libre, es muy importante que consulte con su pediatra por anticipado para asegurarse de que la alergia y el asma de su hijo están diagnosticadas correctamente y que los síntomas están recibiendo el tratamiento apropiado.