En Navidad, los ruidos y sonidos fuertes aumentan por doquier y son los oídos de los niños los que más se pueden resentir por esta sobreexposición. Desde villancicos, hasta fuegos artificiales, nuestros niños están expuestos a un sinfín de sonidos y estímulos auditivos que pueden terminar por afectar su audición de varias maneras.

No obstante, existen diversas formas de evitar que sus delicados oídos resulten perjudicados.

  1. Auriculares sí, pero con cuidado: una de las prácticas más habituales por estas fechas, sobre todo entre los más jóvenes, es el escuchar música. El uso de auriculares está bien siempre y cuando se evite usarlos con el sonido demasiado elevado. El volumen más adecuado es el que permite escuchar lo que sucede a nuestro alrededor y en el que se puede entender a quién nos habla.
  2. Control del ruido en el hogar: La navidad es momento de reuniones y festejos, y muchas veces se nos pasa por alto el exceso de ruido que se crea en conjunto con otras fuentes de sonido como la televisión o el equipo de música. Es importante reducir el nivel de ruido de nuestro hogar, usando un volumen adecuado en todos los dispositivos que, además, permita mantener una conversación sin elevar en exceso el tono de voz. Recordemos que los niños, bebés especialmente, son más sensibles al ruido.
  3. Protectores contra el ruido: Durante estos días solemos acudir en familia a multitud de eventos y fiestas donde la música suele estar a un volumen alto. En estas situaciones se recomienda utilizar protectores auditivos, ya que ellos ayudan a mitigar el ruido elevado. Además de ello, y pese a llevarlos, es importante mantener a nuestros niños alejados de los altavoces.
  4. Fuegos Artificiales desde lejos: Por estas fechas los espectáculos de pirotecnia y fuegos artificiales son más que habituales, sobre todo en la última noche del año. Por este motivo, siempre es mejor cuidar los oídos de nuestros peques con protectores para los oídos para mitigar el estruendo que suelen causar los petardos.
  5. Orejeras para el viento y el frío: Las bajas temperaturas y el viento son característicos de estas fechas. Por este motivo, es recomendable usar gorros u orejeras que protejan los oídos del viento, lluvia o nieve. Además, es mejor llevar esta zona lo más caliente posible, ya que es la cabeza una de las áreas por las que más calor corporal se pierde.
  6. Cuidar la alimentación: Los atracones y los dulces están a la vuelta de la esquina, y es inevitable que nuestros niños aprovechen para dar rienda suelta a sus caprichos culinarios. Sin embargo, es importante vigilar su alimentación pues una dieta desequilibrada propiciará una reducción de sus defensas, facilitando la aparición de resfriados y posibles otitis.

Aunque es importante cuidar de la salud auditiva de nuestros niños, lo es también disfrutar y divertirse en familia. Así que se puede jugar, sin problemas, con panderetas, zambombas y tambores de juguete, eso sí, con moderación entre los más peques y siempre alejados de los bebés, dado que son estos quienes poseen el oído más delicado y sensible a cualquier ruido súbito.

¡Que nada os impida disfrutar de unas fiestas llenas de risas y canciones!

Fuentes:

guiainfantil.com

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