Desarrollo de la Audición en Bebés
A partir de la tercera semana de embarazo ya se empieza a desarrollar el oído de nuestro bebé y es en el segundo trimestre de gestación cuando el bebé tiene el sentido del oído plenamente activo.
El desarrollo de los sentidos de la gestación al nacimiento
Desde el momento de la concepción, el bebé va formándose a una velocidad considerable, desde el desarrollo de todos sus órganos hasta el de sus sentidos, alcanzando finalmente una madurez aceptable para poder abandonar el vientre materno para seguir creciendo.
Los cinco sentidos de los bebés se van desarrollando poco a poco ya en el útero de la madre. El sentido del gusto, por ejemplo, ya está activo distinguiendo sabores a través del líquido amniótico. Lo mismo ocurre con el sentido del oído, con la capacidad de escuchar y reconocer sonidos del bebé estando aún en su vientre.
Es después de nacer cuando los bebés alcanzan el pleno desarrollo de los sentidos, pero es importante recordar que durante el periodo de gestación podemos interactuar con el bebé hablando, contándole cuentos o escuchando música para un mejor desarrollo
¿Cómo se desarrolla el sentido del oído en el bebé?
Antes de nacer…
Antes de nacer…
A partir de la tercera semana de embarazo ya se empieza a desarrollar el oído de nuestro bebé y es en el segundo trimestre de gestación cuando el bebé tiene el sentido del oído plenamente activo. Ya ahí es capaz de hacer movimientos dentro del vientre en base a los sonidos que escucha del exterior, incluso es capaz de reconocer las voces más familiares, especialmente la de su madre pues es la que le resultará más cercana y tranquilizadora.
La cóclea (que es la estructura en forma de tubo enrollado en espiral que se encuentra en la parte más interna del oído) funciona igual que la de un adulto a partir de la vigésima semana de gestación. Además, a lo largo del tercer trimestre, el feto es capaz de acoplar su cabeza sobre la pelvis de la madre, permitiéndole reconocer la voz de ésta.
Tras el nacimiento
Tras el nacimiento
Los recién nacidos reconocerán así la voz de su madre, pudiendo ser capaces de diferenciarla de la del padre de una forma rápida. Posteriormente, a lo largo de la primera infancia, el sistema nervioso irá madurando y permitiendo que las vías y centros nerviosos que emitirán los procesos auditivos, poco a poco se vayan especializando con más detalle.
Esta particular y delicada especialización llevará al bebé a que, al recibir las ondas sonoras del ambiente mediante el oído externo y oído medio, puedan transformar, en el oído interno, estos estímulos auditivos, convirtiendo la vibración mecánica recibida en una señal bioeléctrica que llegará, generalmente a zonas especializadas del hemisferio cerebral izquierdo, para su procesamiento por medio de los nervios auditivos.
Para la mayoría de los pequeños tanto la audición, como la hemisfericidad y el lenguaje mantienen una relación que permite la integración de los procesos perceptivos y de simbolización. El cerebro está dividido en dos mitades o hemisferios: izquierdo y derecho, y cada uno de ellos muestra unas características determinadas. El hemisferio izquierdo es el responsable de la comprensión y producción del habla, mientras que el hemisferio derecho, se encarga de los llamados parámetros suprasegmentales del habla (como son el tono, la melodía, la acentuación o la mayoría de los estímulos auditivos). Por ello, el oído derecho tiene ventajas sobre el oído izquierdo en lo referente a estímulos referentes a la comprensión y producción del habla, mientras que el oído izquierdo aventaja al derecho en aspectos melódicos, tonalidad…
Cuando existe pérdida auditiva
Cuando existe pérdida auditiva
En caso de existir algún tipo de pérdida auditiva, además de la disminución de la recepción de la intensidad del sonido, existen otros efectos que alteran aspectos auditivos como la recepción del timbre, el tono, la localización espacial del sonido o incluso los componentes del habla, pudiendo afectar así la adquisición del lenguaje. Además de ello, los niños con deficiencia auditiva pueden mostrar dificultades para categorizar conceptos, acceder a los procesos de aprendizaje, en la comprensión y uso de aspectos abstractos, para manejar el lenguaje escrito (tanto lectura como escritura) o para los mecanismos de la memoria, perjudicando así su desarrollo social y escolar.
Es habitual que, cuando existe discapacidad auditiva, existen dificultades para el desarrollo de las habilidades cognitivas como consecuencia de las restricciones causadas por una limitación sensorial. Esto es importante ya que, desde pequeños, los niños que tengan problemas de audición pueden ver limitada su capacidad para comprender el mundo que les rodea y desarrollar sus habilidades, en especial aquellas relacionadas con el lenguaje y las relaciones sociales.
Etapas de la audición en bebés
De recién nacido a 3 meses de edad
- Se sobresalta ante los ruidos fuertes.
- Se despierta ante los sonidos.
- Parpadea o abre más los ojos ante los ruidos.
- Puede agitarse ante ruidos y sobresaltos.
De 3 a 4 meses de edad.
- Se tranquiliza con la voz de la madre o el padre.
- Deja de jugar, escucha los nuevos sonidos.
- Busca la fuente de sonidos nuevos que no están a la vista.
De 6 a 9 meses de edad.
- Disfruta con los juguetes musicales o sonoros.
- Arrulla y gorjea con inflexiones (cambios de tono).
- Dice “mamá”, “papá” o palabras con base similar.
De 12 a 15 meses de edad.
- Responde a su nombre y al “no”.
- Cumple órdenes sencillas.
- Tiene un vocabulario de tres a cinco palabras.
- Imita algunos sonidos.
De 18 a 24 meses de edad.
- Conoce las partes del cuerpo, o algunas de ellas.
- Tiene un vocabulario de 20 a 50 palabras, aproximadamente, aunque no las diga del todo bien.
- Dice frases de dos palabras.
- La mitad de lo que habla es comprensible para los extraños.
De los 24 a los 36 meses de edad.
- Tiene un vocabulario de aproximadamente 500 palabras.
- Dice frases de cuatro o cinco palabras, y son algo más comprensibles.
- Aproximadamente un 80 % del habla es entendible para los extraños.
- Comprende algunos verbos e intenta conjugarlos.
Qué sonidos prefieren oír los bebés
Una vez que el bebé abandona el vientre materno y se enfrenta a un nuevo entorno, se observa en él una clara preferencia por los sonidos agudos. Es por ello que muchos cuidadores infantiles optan por interactuar con el bebé usando un tono de voz más agudo.
En el primer mes de vida se adaptará por completo el oído del bebé, que cuyos sonidos acompañará con un movimiento de los ojos o cabeza. Ayudado por el sentido de la vista, el bebé intentará comprender los sonidos que le rodean y mostrará sus emociones en función de los estímulos a los que sea expuesto.
Un bebé sin problemas auditivos y perfectamente sano responde a los estímulos del sonido de forma cotidiana. Hay estudios que demuestran que los bebés que han escuchado música durante el periodo de gestación, y durante sus primeros meses de vida, experimentan un desarrollo cognitivo más rápido o ágil. Es por ello que muchos médicos recomiendan estimular la audición del pequeño incluso en el embarazo.
Durante el crecimiento del bebé, es recomendable estimular su audición con música clásica o instrumental, así como con la lectura de cuentos infantiles ya que las diferentes voces y entonaciones que se adoptan en esas lecturas suponen todo un mundo de sonidos por descubrir para ese bebé que está en pleno desarrollo y que necesita de estímulos sensoriales para la adquisición del lenguaje y la comprensión del mundo que les rodea.