Hay diferentes niveles de pérdida auditiva: leve, moderada, severa o profunda.
- Se considera que existe una pérdida auditiva leve cuando no se registran los sonidos hasta que no alcanzan los 20 ó 40 decibelios.
Los niños que tienen una pérdida auditiva leve suelen mostrar problemas para mantener la atención y un retraso leve en el lenguaje
- Es pérdida auditiva moderada cuando no se advierten hasta que registran los 40 ó 60 decibelios.
Los que presentan una pérdida moderada tienen algunos problemas de aprendizaje, de atención y de lenguaje.
- Estamos ante casos de pérdida auditiva severa cuando no se detectan los sonidos hasta que alcanzan entre 60 y 85 decibelios.
Si hay pérdida severa hay problemas serios de lenguaje pues no discriminan las palabras, de hecho, para ellos el sonido son apenas vibraciones sin mucho sentido.
- Y es pérdida auditiva profunda cuando no se perciben los sonidos que llegan a 85 decibelios en adelante.
Ante una pérdida profunda no se puede desarrollar el lenguaje sin ayuda.