Audición en niños: Prevención y cuidado auditivo
Consejos que para prevenir posibles afecciones auditivas, que podrían derivar en pérdida auditiva y sordera infantil.
La actividad de nuestros niños incluyen riesgos para la salud de su oído
No sólo los bebés son sensibles al entorno y costumbres que le rodean, pues también nuestros peques de la casa, con toda la energía que tienen y con las ganas de descubrir mundo, pueden verse en riesgo en más de una ocasión. Aunque ya hablan, andan y juegan por sí solos, es importante estar aún más alerta de los peligros del día a día que a veces pasan desapercibidos.
En sus actividades y hábitos cotidianos existen muchas probabilidades de que los oídos de nuestros hijos puedan sufrir, y por supuesto, también los nuestros, por ello es importantísimo que prevengamos y los cuidemos.
Amigos y enemigos de la audición infantil
Existen sonidos beneficiosos que ayudan a generar el sentido del ritmo en el niño, a organizar los sonidos de forma adecuada en el cerebro y a desarrollar la habilidad musical. Son todos los relacionados con los elementos de percusión como, por ejemplo, un tambor o un xilófono.
A todos los niños les gusta golpear y hacer sonidos mediante estos instrumentos musicales de percusión. Este habitual ejercicio, les ayuda a generar el sentido del ritmo. Es, además, es una excelente herramienta educativa.
Por contra, el principal enemigo del oído de nuestros niños es la sobreestimulación del sistema auditivo. El oído del bebé es aún más sensible a la estimulación auditiva, y si nos sobrepasamos en la estimulación, podemos dañar un sistema que todavía está en desarrollo. A los niños hay que hablarles a un volumen normal, sin exceso de ruidos a su alrededor y siempre vocalizando bien.
Estimular a nivel de la palabra con normalidad es adecuado, pero nunca debemos poner ruidos por encima de la conversación, ni siquiera cuando nuestros niños son adolescentes.
Consejos para prevenir infecciones del oído y pérdida auditiva en niños
Limpia sus oídos con cuidado
Limpia sus oídos con cuidado
Los oídos de los niños son muy delicados y el hecho de que produzcan cerumen no significa que estén sucios ya que tiene un efecto protector. La limpieza debe ser externa y conviene hacerla durante el baño o utilizando una toalla o gasa. No debe introducirse ningún objeto (por ejemplo, bastoncillos) ni intentar sacar la cera pues puede ser que consigamos el efecto contrario y que la introduzcamos hacia adentro.
Como padres debéis saber que el cerumen previene de infecciones de oído y no es dañina para el niño. Sin embargo, es posible que su hijo sufra pérdida de audición por exceso de cerumen. En ese caso es muy importante visitar a su médico para que le ayude en el tratamiento. No intente extraer el cerumen usted mismo pues podría dañar permanentemente la audición de su hijo.
Proteger sus oídos del agua
Proteger sus oídos del agua
En verano es el momento en que los pequeños disfrutan más del agua, para que puedan disfrutar de un baño seguro evitad aguas que no sean saludables o que puedan estar contaminadas ya que son un lugar idóneo para el crecimiento de bacterias que podrían originar infecciones, entre ellas la otitis.
Además debemos recordad a nuestros hijos los consejos de los expertos: Deben entrar en el agua despacio para evitar la entrada brusca de agua en los oídos y que la presión los pueda dañar.
Después del baño secad bien sus oídos cuando salgan del agua de la piscina, de la playa o de la ducha ya que la humedad estacionada puede provocar hongos o infecciones que desemboquen en un tapón de agua. Para ello utilizad una toalla o un pañito y eliminad cualquier resto con la punta de éstos.
Y sobre todo, antes de que todo esto pueda ocurrir, lo mejor es proteger los oídos con los protectores a medida que se adaptan a la forma del canal auditivo y que impiden una posible entrada de agua. Podéis escoger entre la banda ajustable de neopreno o los moldes de baño que se fabrican a medida y que son flexibles y ligeros. Además tienen divertidos diseños muy adecuados para los niños.
Evítale la exposición al ruido
Evítale la exposición excesiva y continua al ruido
Existen numerosos entornos donde nuestros niños se exponen a sonidos de intensidades muy altas de ruido durante un tiempo prolongado, como fiestas populares, la música a todo volumen de las ferias, los altavoces en el escenario mientras toca la orquesta, los locales musicales o las terrazas,etc., pueden suponer un riesgo para su salud auditiva, por lo que es fundamental hacer uso de protectores.
Se recomienda evitar los ruidos intempestivos como petardos, disparos y explosiones de cualquier índole, alejarse de las fuentes de ruido, disminuir el ruido que generamos en el propio hogar y reducir el tiempo de exposición a sonidos de alta intensidad en general.
Aunque en la actualidad es muy frecuente el uso de móviles, tablets y otros dispositivos multimedia debéis limitar el tiempo de escuchar música con sus auriculares y reducid controlar el volumen al que están escuchando. Os recomendamos que escuhen sus dispositivos en sonido ambiente siempre que sea posible.
Protégele del frío y las corrientes
Corrientes de aire y cambios de temperatura
En invierno, tanto el frío como los catarros son los que pueden ocasionar que nuestro pequeño padezca de otitis. Es por ello que se recomienda usar tapones de los oídos, orejeras o gorros. Sin embargo, si nuestro pequeño ya tiene otitis, no debemos taparlo con un protector de oído, pues la infección puede pasarse al tapón y así el oído nunca estará libre de infección.
El verano encambio es una época muy calurosa, con lo que conlleva la utilización de ventiladores y aire acondicionado, que en ocasiones genera corrientes de aire frío que inciden sobre el rostro y oídos provocando molestias, incluso resfriados.
Este aire a baja temperatura puede ocasionar dolores, por lo que entre otras recomendaciones, se aconseja mantener una temperatura constante de unos 22-24º, y que el aire no incida de manera directa sobre los peques. Además de ello, se recomienda colocar recipientes con agua para humedecer la estancia y así evitar la sequedad en el ambiente que pueda resecar las vías respiratorias.
Los cambios bruscos de temperatura también perjudican el sistema inmunológico de nuestros niños, haciéndolos vulnerables a bacterias y virus estacionales. Es por ello que se recomienda evitar permanecer mucho tiempo en sitios con fuerte aire acondicionado, o evitar mantener al pequeño mucho tiempo con el traje de baño después de una larga jornada en el agua.
No abusar de los antibióticos
No abusar de los antibióticos
El uso indiscriminado de medicamentos, tanto de uso tópico como por vía oral, puede ser perjudicial para los oídos ya que algunos pueden ser ototóxicos y además, en el caso de los antibióticos, se pueden generar resistencias, sobre todo en el caso de los niños que tienen su sistema inmunológico en pleno desarrollo.
Algunos medicamentos ototóxicos producen una pérdida de audición temporal, es decir, una vez se abandonan, la capacidad auditiva se recupera con normalidad. Sin embargo, también existen fármacos cuya ototoxicidad puede causar una pérdida auditiva permanente provocando un daño irreversible en el oído interno. Es importante preguntar al pediatra sobre éstos medicamentos puesto que los niños tiene mayor riesgo de ototoxicidad por su edad temprana.
Vigila su salud auditiva
Vigila su salud auditiva
En caso de inflamación, dolor, taponamiento, zumbidos, secreción de oído y síntomas derivados de alguna afección auditiva, es importante consultar con el especialista (pediatra y otorrino) ya que pueden derivar en problemas serios de la audición.
En caso de sospecha de pérdida auditiva en un niño por parte de sus cuidadores, padres o profesores, se recomienda acudir al especialista, ya que aun en ausencia de dolor, fiebre o secreción, puede existir una otitis serosa, que de no ser bien tratada puede cronificarse y derivar en hipoacusia y otitis media crónica.
Además si detectamos retrasos de adquisición del lenguaje, dificultades de atención, dificultades para mantener la concentración por cansancio, preguntar frecuentemente “¿qué?”, ver la televisión o escuchar música a un volumen elevado, dificultad para leer, entender conversaciones y contenidos, y timidez-aislamiento, pueden ser señales de pérdida auditiva en niños y jóvenes. En estos casos se debe acudir al otorrinolaringólogo a la mayor brevedad posible para evaluar el origen del problema.
Cambios de presión
Cambios de presión
El verano es también época de viajes, y con ello la presión típica de los trayectos en avión, subidas o bajadas por carreteras de montañas y similares.Los niños suelen acusar con más intensidad que los adultos estos cambios de presión, y aunque el dolor dura apenas unos minutos y no tiene consecuencias a largo plazo, resulta bastante molesto.
Podemos ayudarles a aliviar las molestias poniendo en práctica algunos de estos sencillos consejos:
- Ofrecerles agua con frecuencia para que traguen y se abran las trompas de Eustaquio.
- Animarles a bostezar cuando sientan que el oído se ha taponado.
- Si el niño es mayor, puede ayudarle masticar chicle.
- Para niños más pequeños, el chupete puede ser un buen aliado.
- En los viajes en avión, ponerse al bebé al pecho o darle biberón, especialmente en los momentos de aterrizaje y despegue.
Protectores auditivos para niños
Los niños están llenos de energía y curiosidad, por ello es muy complicado exigirles la precaución cuando están disfrutando en el agua o con sus amigos en un parque. En GAES Junior contamos con múltiples protectores auditivos adecuados a cada situación que te permiten prevenir a tu hijo/a de los riesgos y dejarlo disfrutar plenamente.
Una simple infección puede ocasionar una pérdida de audición permanente
Es importante mantener siempre nuestra atención al entorno que rodea al pequeño, pues algo tan simple como una infección, puede ocasionar una pérdida de audición permanente. Asimismo, observad a vuestro hijo para valorar si oye bien siempre o si oye mal por temporadas.
Siempre que no se cumplan algunos de los requisitos que nos indiquen que nuestro hijo tiene una conducta auditiva normal, debéis acudir al otorrino para que valore y estudie su audición. Estad atentos si sufre infecciones de oído con frecuencia, no reacciona a los sonidos normales o a ruidos fuertes, no os entiende cuando le hablais o no os mira cuando le llamais por su nombre.
Ser autónomos para aprender a usar el lenguaje sin complicaciones garantiza a nuestros hijos un crecimiento saludable y una infancia enriquecedora.
Si no se activase el tratamiento específico a tiempo, el niño podría padecer hipoacusia que podría condicionar su aprendizaje escolar. Y es en la escuela donde los maestros y todo el entorno educativo, deben avisar de posibles alteraciones que detecten en la audición o en el desarrollo de sus alumnos como:
- Retraso en el aprendizaje del lenguaje.
- Mala pronunciación.
- No adquisición de algunos fonemas.
- Déficit de atención.
- Bajo rendimiento escolar.
- Problemas para socializar con otros niños.